
La vida también es una comedia. En el día a día encontramos situaciones cómicas que nos hacen reír. Escenas espontáneas que nos divierten. En la empresa donde trabajo hay momentos en que la llamada telefónica está mala, por eso se oye la voz del interlocutor lejana o incomprensible. Se siguió el siguiente diálogo: __ ¡Buenos días! El Departamento de Ventas, ¡por favor! __¿Con quien tengo el gusto de hablar? El señor repetía su nombre varias veces, sin embargo, la recepcionista solamente comprendía: "¿Estás oyendo?" Y ella le contestó: "Estoy oyendo pero quien está hablando?". Por fin ella logró entender que él se llamaba "Calvino". En otra ocasión fue a llamar a un cliente del municipio de Santa Maria de Jetibá, un municipio del Estado del Espírito Santo, referente a una factura negociable atrasada y pregunté por la empleada responsable de ese asunto y me dijeron que ella se había venido aquí a Vila Velha (ES), entonces le informé el nombre de la empresa, "Plastical", la cual la persona se asustó sobresaltada: "¿Del hospital? ¡Dios Mío! ¿Qué le pasó a ella?" Cuanto más intentaba hacer que me escuchase claramente, más ella escuchaba equivocadamente "hospital". Descolgué y llamé enseguida, diciendo: "¡Industria de sacos plásticos!" Y ella respiró calmada: " ¡Qué susto me diste!" Esta ocurrió en mi casa: mi padre estaba sentado en el sofá de la sala delante de la televisión desconectada. Así que me vio murmuró tristemente: __"¡Cada día veo menos! ¡Mi vista está pésima! ¡Lo veo todo empañado!" Cogí sus gafas, las lavé con agua y jabón, las sequé y le pedí que se las pusiera. __"¿Estás viendo mejor?" __ "Ah, ¡ahora sí!"
Él tiene la costumbre de meterse con frituras en la cocina y nunca se acuerda de limpiar las gafas. ¿Quién no vivenció circunstancias como estas? Todos tenemos una historia que contar cuya descripción es acompañada por una dosis de carcajadas.
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